domingo, 20 de marzo de 2011

La CNMV debe vigilar más estrechamente la gestión del marqués de Villar Mir en OHL

G. Garteiz

Dos nuevos sucesos en torno a la siempre controvertida gestión bursátil de OHL, recuérdense a sus promesas inmobiliarias incumplidas cuando salió a Bolsa y el calentamiento con compras de autocartera previo a la oferta de suscripción de 1999. Ahora, por un lado, Espacio, el holding familiar del marqués comunica a la Comisión que encabeza Julio Segura, que controla ya el 57,92% de la constructora-concesionaria, aumentando así su participación en un año otro 1%, cuando Villar Mir fue eximido en su momento de hacer una opa por superar el 50%, y posteriormente se rió del mercado con una oferta a los minoritarios por debajo del precio de cotización, alegando la falta de interés en aumentar su participación. 
La especulación del grupo del marqués con derivados, equity swaps, sobre sus propias acciones se ha saldado con beneficios importantes hasta ahora, mientras que las operaciones del mismo tipo realizadas con acciones del Banco Santander le originaron unas pérdidas de casi 400 millones, en los años más agudos de la crisis, según ha podido comprobar La Celosía en documentos oficiales.
La segunda incidencia extraña es la reciente emisión de deuda de la compañía, por una cantidad de 425 millones de euros en bonos que pagarán semestralmente un cupón anual del 8,75%. Lo relevante es que OHL utilizará más de la mitad de este dinero, concretamente 234 millones en amortizar anticipadamente deuda por esa cantidad, que vencía en mayo de 2012 y se pagaba al 6,25%. Ingenuamente, hay que preguntarse por qué una compañía que se financia al 6,25% decide amortizar esa deuda para tomar otra por la que paga el 8,75%.
La compañía explica en el documento de oferta a los tenedores de la deuda que amortiza que la medida se justifica por la voluntad de “dirigir proactivamente las amortizaciones anticipadas de deuda y prolongar los plazos del endeudamiento de la compañía”.
Lo de prolongar los plazos sí se entiende ya que OHL, al igual que otras cotizadas está embalsando deuda, aunque es verdad que también aumenta el activo. La compañía incrementó el año pasado la deuda de la matriz un 28%, hasta 1.700 millones, y un 72% en el caso de la deuda sin recurso, sumando 4.444 millones. El endeudamiento de la compañía es el punto débil que subrayan los analistas, y en especial las agencias de calificación financiera. El 8,75% que ha tenido que prometer en la reciente emisión está en los niveles más altos de la rentabilidad de los bonos de alto riesgo, conocidos también como bonos basura (junk bonds).
La CNMV debería mostrar por consiguiente más celo en todo lo que atañe a las operaciones de la compañía que preside el distinguido marqués de Villar Mir, que son comunicadas como hechos relevantes al regulador.